Un rumor de voces que venían del cuarto de mi suegra, me dejaron sin aliento. Escuché como le decía a su marido: Cuánto has cambiado Melecio, si pareces un ministro del exterior.
En su vida terrena fue sereno.

Un rumor de voces que venían del cuarto de mi suegra, me dejaron sin aliento. Escuché como le decía a su marido: Cuánto has cambiado Melecio, si pareces un ministro del exterior.
En su vida terrena fue sereno.
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